Con mucho retraso, el Gobierno ha redactado un documento que recoge los objetivos que debe proponerse la sociedad española para afrontar el cambio climático y contribuir eficazmente a la disminución de la emisión de gases con efecto invernadero, con el dióxido de carbono a la cabeza como enemigo contaminante que debe eliminarse. Todas las estrategias que propone el documento son perfectamente razonables y pueden suscribirse prácticamente con los ojos cerrados.
Las calderas calefactoras de carbón deben ser sustituidas por otras menos contaminantes; el precio de la electricidad debe subir, de forma selectiva además, para acabar con el derroche de luz; los coches con mayor cilindrada deben ser penalizados fiscalmente; la Administración tiene que poner en marcha estímulos económicos para el consumo de biocombustibles y el aire acondicionado en los lugares públicos tiene que someterse a límites razonables. Pocos discutirán los grandes perfiles de esta estrategia ni el objetivo de reducir el consumo de energía el 1% anual hasta el año 2012.
Lee todo el editorial de El País.
.
miércoles, 14 de febrero de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario