lunes, 26 de febrero de 2007

Engorde

Artículo de Gonzalo H. Martel en Canarias 7

Cuando una ciudad aumenta de tamaño a más velocidad que su población, es que está esperando la llegada masiva de foráneos. La forma de crecer de las ciudades muestra la conexión del triángulo formado por la inmigración, el consumo de suelo y el equilibrio demográfico, además de condicionar las relaciones entre sus habitantes.
La cultura de la convivencia, la prioridad de las costumbres frente a comportamientos nuevos, importados, la generación de patrones de conducta social que delimitan la propia identidad se desarrollan en función de esos tres factores.

En general, por donde la ciudad pasa no vuelve a crecer la hierba. Así es al menos en Las Palmas de Gran Canaria, y en general, en las concentraciones urbanas crecidas en las dos últimas décadas en el resto urbano del Archipiélago. El aumento de la oferta de vivienda no se corresponde con mayores posibilidades de acceso por parte de la población, ni se aplica el supuesto de que a mayor oferta, descienden los precios. La contención del mercado es aquí pura falacia; el resultado es una economía que se mide en metros cuadrados construidos al año. Un proceso infinito de colonización de nuevos espacios en territorios que son islas. Donde el suelo tiene límites.

Léelo completo aquí.



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