domingo, 25 de febrero de 2007

Barcelona vive el segundo invierno más caluroso desde 1913

Las temperaturas medias en el observatorio Fabra de Barcelona, en la sierra de Collserola, serán este invierno las segundas más altas desde que empezaron las mediciones sistemáticas, en 1913, y solo quedarán por detrás del inalcanzable récord de la temporada 1989-1990. Aunque febrero no ha concluido todavía, el segundo puesto está garantizado.

El histórico Fabra, con una de las series instrumentales más largas y fiables de Europa, acumula hasta ahora una media de 10,1° para el periodo diciembre-enero-febrero, el llamado invierno meteorológico, y relega al tercer puesto a la temporada 2000-2001 (10,0°), según datos del Instituto Nacional de Meteorología (INM). Las previsiones muestran que los días que quedan para acabar el mes serán primaverales, pero difícilmente lograrán elevar el promedio invernal hasta el citado récord de hace dos décadas (10,8°).

Lejos de ser una tendencia incuestionable, un nuevo indicio del calentamiento planetario, lo que consigue este invierno es romper un ciclo de dos temporadas bastante frías (2005-2006 y 2004-2005) que a su vez estuvo precedido de otras cuatro muy templadas, nada calurosas (2001-2002, 2002-2003 y 2003-2004). El promedio de este invierno (10,1°) es superior en 2,2 grados a la media 1913-2006 (7,9°), pero no llega a los valores descomunales del otoño. En líneas generales, diciembre fue cálido, pero nada excepcional, mientras que enero y febrero sí se sitúan entre los cinco más calurosos de la serie iniciada hace casi un siglo.

La máxima del invierno se registró el 20 de enero, con 20,8°, mientras que la mínima llegó apenas siete días después, con --0,7°, que ha sido además la única helada de la temporada. En el centro de la ciudad, los valores fueron menos extremos, con una máxima invernal de 20,3° y una mínima de 3,3°.

Aunque los datos completos no estarán disponibles hasta finales de mes, las temperaturas también serán anormalmente altas en el conjunto de Catalunya, muy especialmente en la costa. Solo ser salvarán el Segrià, la Noguera, la Terra Alta, la Conca de Barberà y, en general, todas las zonas bajas con abundantes nieblas, que tuvieron incluso un diciembre frío.

Además de cálidos, los tres meses del invierno meteorológico también han sido muy secos en Barcelona, con 78 litros por metro cuadrado en el Fabra y una media de entre 60 y 70 en la red municipal Clabsa. Lo habitual sería entre 120 y 130, prácticamente el doble. Y lo peor de todo es que otoño, la estación más húmeda, también resultó excepcionalmente seca.



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