sábado, 3 de marzo de 2007

Un virus letal enterrado en un ataúd de plomo desde 1919

Los restos mortales de sir Mark Sykes (fallecido en 1919 y autor del acuerdo Sykes-Picot que desmanteló el Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial), serán exhumados en los próximos días por un equipo científico que busca información sobre la gripe aviar.

Sykes murió de la llamada gripe española y fue enterrado en un ataúd de plomo sellado herméticamente; por ello los virólogos esperan que su cuerpo se encuentre en buen estado y pueda ofrecer información sobre los mecanismos de actuación del virus de la gripe aviar.

John Oxford, profesor de virología del Queen Marys Collage de Londres, que dirige el equipo investigador, asegura que sólo hay cinco muestras útiles de tejidos afectados por el virus de la epidemia de 1918-1919, pero ninguno es de un cadáver encerrado en un ataúd de plomo.

"Si conseguimos unos restos bien conservados, habremos dado un gran paso", afirma el científico.

El diplomático británico, cuyo cadáver reposa en el pequeño cementerio de la iglesia de Santa María de Sledmere, en el condado de Yorkshire, fue víctima de aquella pandemia mundial con sólo 39 años mientras trabajaba para el Gobierno de Londres en la conferencia de paz de París.

La gripe española fue originada por un virus aviar, bautizado H1N1, muy similar al virus actual, el H5N1, y que procedía igualmente de un ave.

El profesor Oxford, que califica de elevadas las probabilidades de que estalle una nueva pandemia similar a la de los años 1918-1919, pidió primero permiso a los nietos de Mark Sykes para exhumar su cadáver.

La diócesis de York ha autorizado también la exhumación por considerar que existen motivos suficientes para creer que "los restos de Mark Symes podrían proporcionar suficientes muestras de tejidos de calidad tal que permitirán al equipo del profesor Oxford llevar a cabo su investigación".

El equipo investigador, que aguarda todavía el necesario permiso del Ministerio del Interior británico, trata de averiguar el modo exacto en que murieron las víctimas de aquella dolencia.

Se trata de determinar si el óbito se debió a una infección vírica masiva, a una infección vírica combinada con una bacteriana o a una tormenta citoquinal, que hace que el sistema inmunológico del paciente ataque el tejido pulmonar.



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