jueves, 1 de marzo de 2007

Gas Natural desaloja su sede central por una rara enfermedad en la piel de los trabajadores


Un edificio nuevo, moderno, con las últimas tecnologías pero que ataca al tejido adiposo de sus empleados. 150 trabajadores de la sede central de Gas Natural en Barcelona presentan una serie de hendiduras en sus muslos que, según fuentes de la compañía, podrían deberse a la energía estática que se crea en las mesas de trabajo, entre otros factores.

Según la empresa se trata de lipoatrofia semicircular, una alteración de la grasa subcutánea. Este trastorno es frecuente en las personas con VIH debido a un efecto secundario de un tipo de antirretrovirales. "Es una enfermedad rara. En la consulta sólo la vemos en los pacientes seropositivos y en personas que sufren microtraumatismos repetidos que no tienen por qué ser fuertes. También es muy raro que se dé en tantos trabajadores al mismo tiempo", explica Manuel Fernández Lorente, dermatólogo de la ClínSegún este especialista, cuando la causa son los microtraumatismos, la solución está en evitarlos y a partir de ese momento la grasa se regenera en gran parte, aunque no totalmente.

"Es como si presionaras el muslo con el dedo pero al quitarlo no desapareciese esa hendidura". Así describen desde la compañía lo que presentan en las piernas un 15% de sus trabajadores. Sería algo parecido a la señal que dejan los calcetines en la piel pero que, en este caso, se queda de forma constante.

No obstante, ninguno de los dermatólogos consultados señala conocer una relación entre la energía estática y este trastorno. Pero sí existen algunas referencias en la literatura médica que asocian esta enfermedad con el entorno laboral. El primer informe de esta enfermedad data de 1974 en el que unos médicos alemanes describían tres pacientes con depresiones circulares a modo de banda en el tejido subcutáneo. A partir de esa fecha, algunos estudios especulaban que éstos y otros casos podrían ser consecuencia de una mala circulación debido a la estructura de las sillas o incluso por llevar pantalones vaqueros ajustados.

Los principales afectados en la central de la Barceloneta son mujeres, de distintas edades y que trabajan en diferentes plantas del edificio. Según explica Gas Natural, esta mayor incidencia en las trabajadoras se debe a que ellas tienen un mayor tejido adiposo y, por eso, son más susceptibles de padecer esta clase de atrofia. Se cree que "la incidencia varía en función de cómo interactúa la persona en su mesa, si está con las piernas cruzadas o no...", explica la compañía.

Un caso similar en Bruselas

La semana pasada, algunos miembros de Gas Natural viajaron a Bélgica a visitar una empresa en la que se detectó este tipo de trastorno hace unos 15 años. Según explica la empresa española a elmundo.es, la situación del edificio belga era muy similar a la de la sede de Barcelona. Se trataba de un edificio nuevo, al que acababan de mudarse y que tenía altos niveles de tecnología.

El caso de Bruselas, en el que 900 trabajadores sufrieron lipoatrofia semicircular, fue recogido por el doctor Curves Bart del Instituto de Investigación Tecnológica Flemish (Bélgica). En su informe, este especialista insistía en que la aparición de los casos comenzó unos meses después de que la empresa cambiara de edificio.

En aquella ocasión, la lipoatrofia también apareció en la parte anterolateral del muslo, a unos 72 centímetros del suelo, como en el caso de Barcelona, "a la altura de la mesa si te pones de pie". Las lesiones tenían entre uno y cinco milímetros de profundidad, pero la piel se mantenía intacta. Tras unos meses de ausencia laboral o cambio a otro sitio del edificio, las lesiones remitieron en la mayoría de los casos (95%), sin embargo, la atrofia retornó cuando el afectado volvía a su lugar de trabajo con el mismo ambiente.

"Se sabe que influye el que sea una nueva oficina (los empleados de Gas Natural se habían mudado a finales de 2006), cargada de tecnología y con grandes campos de electricidad inducida y, sobre todo, estática", indican desde la compañía española.
Ninguno de los trabajadores afectados ha pedido la baja ya que, como han explicado desde Gas Natural, es un trastorno reversible, que no duele y que muchos de las personas sólo detectaron cuando se les informó de que se habían dado algunos casos.

Medidas implantadas

Además de comunicarlo al Ministerio de Trabajo y a la Generalitat, la empresa decidió, como primera medida, reforzar las tomas de tierra de las mesas de los 1.000 empleados de la compañía, "que es donde se descarga la energía estática". También, se creó un grupo de trabajo, formado por miembros de la Generalitat, representantes sindicales de los trabajadores y un grupo de expertos belgas, para investigar los agentes que pueden provocar este tipo de hendiduras.

Se ha decidido, como hizo en su momento la empresa belga, instalar una serie de humidificadores en la empresa para impedir que el ambiente estuviera seco, que era otro de los factores que parece podrían causar la lipoatrofia. Para realizar estas obras de adecuación, se ha cerrado el edificio desde hoy y hasta el próximo lunes.

Por el momento, no se han identificado más factores que puedan causar este trastorno pero no se descarta su existencia. En este sentido, el grupo de trabajo sigue barajando la posibilidad de implantar nuevas medidas para intentar solucionar el problema.

Por su parte, la consellera de Trabajo de la Generalitat de Cataluña, Mar Serna, lanzó hoy un "mensaje de tranquilidad". Según Serna, las pruebas que se han hecho en las oficinas y las evaluaciones de los campos electromagnéticos "han dado negativo", por lo que se presume que el problema podría ser debido a los niveles de humedad.
Para el doctor Bart, las explicaciones sobre microtraumatismos o la mala circulación eran demasiado simples y no se adecuaban a lo ocurrido en la empresa belga. Según la investigación que se llevó a cabo en ese momento, se consideraron otros factores como la calidad del aire o los campos electromagnéticos. "Pequeñas descargas electrostáticas en la zona de las piernas puede ser una posible explicación biológica. La activación de los macrófagos producen citoquinas [un tipo de proteínas] que son capaces de dañar y modificar la estructura del tejido adiposo", explica en su informe.

"Aunque esta enfermedad es catalogada como muy rara, ahora está ocurriendo con mucha frecuencia en algunos lugares de trabajo. Probablemente la causa y también la solución sea multifactorial. Aunque la causa no se conoce todavía, pensamos que los campos electromagnéticos desempeñan un papel importante en este fenómeno", concluye Bart.

Teófila Vicente, responsable del servicio médico de Correos en la Comunidad Valenciana y miembro de la junta directiva de la Asociación de Medicina del Trabajo de esta comunidad, explica a elmundo.es que "la realidad es que en el momento actual nos movemos en el terreno de las hipótesis y que aún se sigue buscando una explicación científica y con ello una solución al problema".

Gas Natural aclara que el suyo "no es un edificio extraño, se construyó cumpliendo las normativas de salud laboral. Las mesas de los empleados también son normales [...] Estamos un poco perdidos con lo que está ocurriendo y por eso estamos investigando. De todas formas, aunque es inusual, se sabe que no es el único caso que se ha dado".



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