Pues eso, que después de varias noticias desalentadoras les pongo algo alegre. Esta mañana estaba trabajando en la carretera que va a la Presa de Ayagaures, cuando pasó un ciclista por uno de los grandes charcos que se forman en la calzada. Estaba solo, embarrado, y su cara era la viva estampa de la tranquilidad y felicidad. Me dio una envidia...

.
No hay comentarios:
Publicar un comentario