miércoles, 24 de enero de 2007

Comentarios de un barcelonés que vive en Alemania

En Karlsruhe (Alemania) las bicis son el transporte más utilizado junto con el tranvía. Hay un respeto increíble hacia los ciclistas, tanto que los coches se paran esperando que pase una bici aunque ésta esté a más de 10 metros del cruce. Por otro lado, la mayoría de las aceras de más de 3 metros tienen una línea de separación entre peatones y ciclistas. Ahora bien, ningún peatón se asusta cuando un ciclista hace "slalom", los peatones ya están acostumbrados y saben que lo que tienen que hacer es no variar nunca la dirección que llevan.También se tiene que decir que todos los ciclistas tienen un seguro a terceros aunque los peatones también lo tienen por si acaso. A eso hay que añadir el respeto a la justicia, pues todos, peatones, ciclistas y coches se respeten mutuamente.

El Ayuntamiento de Karlsruhe tiene como prioridad aumentar el número de carriles bicis en detrimento de la circulación del coche. En las empresas dan también premios a los trabajadores que van en bicicleta, este verano me ha tocado una mini-bomba portátil. El premio gordo era una bici de ciudad de 2.000 euros. En invierno también hay premios, aunque durante dos o tres meses todo está nevado. La gente por aquí usa la bici tanto si llueve, nieva o hiela, van a comprar igualmente con bicicleta, llevan los niños a la escuela o incluso al jardín de infancia, a trabajar o incluso para ir de fiesta. En este último caso si la policía te para y te hace soplar, y das positivo te puede quitar el carnet de conducir, aparte de que la bici queda inmovilizada en la calle hasta que no pagues una multa bastante elevada.

Mi experiencia en Barcelona durante 2 años que estuve yendo desde el Pueblo Nuevo en Cornellà a trabajar cada día, fue siempre un constante "ay" en el corazón. Ahora en Karlsruhe recorro 12 km y por la mañana llevo a mi hijo con la bici al jardin de infancia y nunca he tenido la sensación de peligro que tenía en Barcelona.

Comentario original (en catalán) aquí.



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